Bajarse de las nubes
Por: Francisco Rodríguez
Caro pero en verdad caro, nos han salido los viajes del Gobernador. Si lo vemos por el lado económico, desde 2016 al 2018 se gastó $55 millones 382 mil 145 pesos. Más el presupuesto para este año, suman $66 millones, 661 mil 064 pesos. Desde el aspecto social, ésta partida número 37000 para pasajes aéreos y viáticos, supera por mucho lo que el Desgobierno Nachista ha dejado de atender a miles de colimenses; por ejemplo, en hemodiálisis, en sus primeros 3 años apenas gastó $6 millones de pesos en ésta enfermedad y en las pensiones a los adultos mayores de 65 y más apenas $5.7 millones de pesos.
Además del costo económico y social que ha ocasionado la ausencia del Desgobernador, se encuentra la “caja negra” en la que quiere encerrar la información sobre sus vuelos. Estamos en todo nuestro derecho de conocer a cuáles taxis aéreos contrata Nacho para viajar, qué días se encuentra fuera de la ciudad, cuál es la agenda de sus famosas gestiones, a cuáles secretarios o funcionarios federales visita y los resultados de las mismas. Nadie pedimos que el Desgober no haga su trabajo, ni lo queremos atado de manos para buscar recursos. Pero sí necesitamos que cada peso que gasté en sus traslados y viáticos sean transparentados.
Por estas razones, desde el 23 de octubre de 2018, a unos días de arrancar la 59 Legislatura, propuse adicionar un párrafo al artículo 55 de la Constitución Política Local, para que el titular del Poder Ejecutivo informe al Congreso del Estado si se ausentaba del estado menos de 2 días y que solicitara permiso si su ausencia fuera mayor a 3 días. El pasado jueves 21 de febrero, la reforma fue aprobada por unanimidad, si bien, no en los mismos términos plateados, al menos ya queda la obligación constitucional del Gobernador del Estado de Informar al Congreso sobre sus viajes.
En modo de más sarcástico, el Desgober Nacho publica en sus cuentas de redes sociales que “celebraba” que las y los legisladores hubiéramos aprobado tal iniciativa, porque de esta manera nos quedaría “perfectamente claro” que es parte de su trabajo andar de viaje y que los resultados que él “obtiene son tangibles”. Pues ese gusto no se le vio cuando lo increpé sobre el mismo tema en su comparecencia en el Congreso con motivo de la glosa de su informe de labores. También si en verdad no le causa ningún escozor pues no tendría como reservada la información sobre los gastos de sus viajes. El obligó al Congreso del Estado a especificar en la Constitución su “obligación” de informar por reiterada negativa a hacerlo.
El tema no queda aquí, es más, apenas comienza. Porque esa caja negra que ha construido para proteger la información de sus vuelos se debe sustituir por una caja de cristal. En esta semana propondré ahora la reforma a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública estatal para que quede expresamente claro que toda la información sobre este tema de los vuelos, incluidas las facturas de pagos de taxis aéreos, debe ser pública. Asimismo debemos poner las sanciones de ley en caso de incumplimiento por parte del titular del ejecutivo.
Es importante seguir en ésta lucha porque el daño o perjuicio grave a la sociedad no sólo son los más de 66 millones de pesos que no transparenta, que no dice cómo, cuándo, con quién y para qué se los gasta. Sino también causa agravio generalizado porque no atiende las tareas que le fueron encomendadas como abatir la inseguridad, recorrer el estado para brindar atención directa a la población y coordinar acciones para el desarrollo del estado, entre varias más que le estable el artículo 58 constitucional. Por eso desde el pasado 12 y 13 de febrero solicité personalmente a través de la plataforma nacional de transparencia y directamente en la oficina del Gobernador, la información detallada de sus viajes. Si tanto celebró la reforma constitucional reciente, pues de seguro nos brindará toda la documentación solicitada. A los colimenses nos urge que Nacho se bajé de las nubes en que anda.