Estación Sufragio: El resplandor

 

 

 

Por: Adalberto Carvajal

Con la vigésima edición de ‘Manzanillo se Ilumina’ y la primera de ‘Colima Resplandece’ (espectáculos de juegos pirotécnicos y ahora también de drones, con variedad musical y verbena incluidas) arrancaron las respectivas campañas a la gubernatura del estado de los alcaldes del puerto y la capital: Rosi Bayardo, por el oficialismo, y Riult Rivera por la oposición.

Rosa María Bayardo Cabrera fue mencionada desde el arranque mismo del sexenio de Indira Vizcaíno, como una de las potenciales continuadoras de este gobierno de mujeres. Forma parte de lo que otra integrante de la tripleta, Viridiana Valencia, denominó el team de “las chicas superpoderosas”, donde la tercera de estas heroínas es la actual gobernadora.

Dado que Rosi sí consiguió la presidencia municipal de Manzanillo (a Viri le escamotearon, en una operación político-jurídica, la oportunidad de contender por la alcaldía de Colima), Bayardo toma la delantera entre los cuadros del indirismo que se proyectan para suceder a la primera gobernadora de Morena.

Por su parte, buscando restaurar el régimen derrotado por Vizcaíno Silva en 2021, Riult Rivera Gutiérrez se apunta para ser el principal candidato de la oposición. Y la viabilidad de triunfo de su proyecto depende de la capacidad que tenga el munícipe para aglutinar en 2027 al mayor número de colectivos, corrientes de opinión y fuerzas políticas dispuestas a interrumpir como sea la continuidad de la 4T en Colima.

¿Logrará el campeón de este frente híbrido entre el panismo de Pedro Peralta y el priismo del exgobernador Mario Anguiano monopolizar la disidencia, esto es, unir a una oposición conformada por todos los que se sienten marginados por el gobierno de Indira?

Es posible, aunque para ello Riult tendría forzosamente que ser percibido como un líder con la habilidad política, el recurso económico y la autoridad moral para encabezar un movimiento integrado por esa vieja clase política desplazada y, para efecto de los votos, por los ciudadanos que piensan sufragar por una opción distinta a Morena o, en concreto, al indirismo.

CONSTRUIR LA SUCESIÓN

Tomando como referente el apabullante triunfo de Claudia Sheinbaum, es tentador pensar en la sucesión de Indira como un mero trámite, donde Vizcaíno Silva le entregará la gubernatura a la candidata de Morena que ella misma haya señalado.

Sin embargo, el arribo de la primera mujer a la presidencia de la república fue resultado de un complejo proceso que López Obrador supo llevar, no sólo para mantener a su partido en el poder sino para que la siguiente titular del Ejecutivo fuera precisamente la persona más identificada con el proyecto de izquierda en México.

La sucesión presidencial en 2024, se construyó. En un país de machos, AMLO consiguió que el gobierno de una mujer fuera visto como algo probable y hasta necesario. En ese sentido, que la banda presidencial quedara en el pecho de la única de ‘las corcholatas’ que nunca militó en el PRI (Gerardo Fernández Noroña, como cuadro del PT, no entró en la ecuación) fue la manera que Andrés Manuel encontró de confirmar que la 4T debe desembocar en una refundación de la República. Su forma de decir que el Humanismo Mexicano es un nuevo sistema político que no se reduce, como insisten algunas plumas, a una regresión de ese estatismo populista que el neoliberalismo dejó atrás.

Si Morena no retiene la gubernatura de Colima, la 4T habrá sido un “accidente histórico” como dijo Beatriz Paredes; no una transformación irreversible. El ideal de Indira Vizcaíno es que el triunfo de su candidata sea, como se dice en el argot futbolístico, por goliza. Si esto no es factible, el mejor escenario para Rosi Bayardo o quien ostente la postulación morenista sería enfrentar a una oposición pulverizada.

Golear electoralmente es algo que ocurrirá si, al terminar su periodo, Indira tiene la aceptación popular que conservó López Obrador al final de su mandato. Con el reconocimiento público por el deber cumplido, Vizcaíno podrá transmitirle el poder a quien ella presente como una propuesta de continuidad natural. Para un régimen apoyado por las mayorías, no supondría mayor problema postular directamente a la candidata oficialista y hacer viable su triunfo.

Visto desde otra perspectiva, si el modelo de la 4T en Colima no se ha agotado para 2027 a la oposición le va a costar un enorme esfuerzo construir una candidatura viable. Eso fue lo que pasó a nivel nacional: Xóchitl Gálvez fracasó como retadora, pese a que su nominación vino aparejada de un storytelling diseñado expresamente para que la folclórica hidalguense respondiera a las expectativas de diferentes sectores de la población mexicana.

El peor pronóstico para Bayardo, como precandidata visible de la continuidad, sería que el gobierno de Indira termine replicando las condiciones del gobierno de Nacho Peralta. Ante un rechazo mayor al que supone el desgaste natural del poder, un candidato de oposición suficientemente carismático podría dibujarse a sí mismo no sólo como un vencedor posible sino como un reivindicador de todos aquellos que se sientan agraviados.

LUCES EN EL CIELO

Especialmente por la cohorte de políticos amañados que lo acompañan, Riult no está llamado a convertirse en el candidato providencial para un cambio en la conducción del estado.

Lo será si y sólo si Morena fracasa como alternativa de gobierno en Colima; si la ayuda federal no consigue diluir los errores cometidos por un gabinete estatal que no ha concluido su curva de aprendizaje; si la marca del gobierno local no gana en seriedad y contundencia; si no surge otro cuadro más carismático y convincente que Riult; o, entre otras muchas condicionantes, si Rosi Bayardo no consolida su imagen como una política con estatura de estadista.

Para lograr esta posición de retador oficial, Riult tuvo primero que descarrilar el proyecto de reelección de Margarita Moreno en la alcaldía de Colima. Ya candidato, el ex diputado federal centró su campaña en la eventualidad de ser una alternativa no sólo política sino de género al grupo gobernante. Y una parte del electorado le compró esa oferta futurista.

Como en política nada es para siempre, que dentro de tres años Riult mantenga la viabilidad de conquistar el poder ejecutivo depende no sólo de su desempeño como alcalde sino, ya dijimos, de que no surja otra figura más competitiva frente a la abanderada de Morena.

Hasta el momento, Riult le saca ventaja a quien podría disputarle la nominación del PRIAN: la alcaldesa de Villa de Álvarez. Por los muertos que van de este segundo mandato, Esther Gutiérrez Andrade no ha conseguido hacer ‘borrón y cuenta nueva’ en la contabilidad de hechos violentos ocurridos en su municipio durante el primer trienio. Básicamente, porque varios de esos crímenes han sido en contra de funcionarios de su administración.

Al contrario, los atentados sufridos por personajes de esta renovada gestión de Gutiérrez confirman la narrativa de que ‘algo huele mal en la Villa’. Paradójicamente, la situación en la urbe vecina les da a algunos de esos impresentables que se esconden en el gobierno municipal de Riult la certeza de que la maestra Tey está ya fuera de la competencia.

Con todo y a juzgar por la concurrencia a la partida de rosca en el Jardín Hidalgo de la Villa este 5 de enero, ese tufo del que hablan en nado sincronizado algunas cuentas en las redes sociales podría ser sólo una narrativa mediática que no, inevitablemente, se traduzca en percepción ciudadana.

La verdad es que Colima y VdeA disputan con Manzanillo el primer lugar en el número de homicidios dolosos, pero lo que hace la gran diferencia es que entre las víctimas de la delincuencia figuran colaboradores cercanos a la presidenta Tey.

LUZ Y SOMBRA

Al frente de la concesión estatal de Movimiento Ciudadano (MC), la otra candidata opositora podría ser la propia Margarita Moreno. Mas, haber caído al tercer lugar de la elección municipal no constituye el mejor vaticinio para la señora, a quien –por injusticias discursivas del patriarcado– muchos siguen viendo como la extensión de los intereses políticos y económicos de su cuñado Ignacio Peralta, el exgobernador de quien el esposo de Margarita, Carlos Noriega, fue secretario de Finanzas.

Por una lectura clasista de su perfil político, más que por la costosa campaña de propaganda y relaciones públicas desplegadas por un equipo de comunicación institucional que presume su experticia en el manejo de crisis, Margarita logró salir indemne del juicio moral al exgobernador y al extesorero que dejaron en bancarrota al estado.

No obstante, es difícil ignorar el hecho de que una alcaldesa que había sido incluida en el ranking de las mejores munícipes del país haya quedado en tercer lugar en la elección, siendo la candidata oficial del Ayuntamiento. Es verdad que a Margarita se le volteó la alcaldesa interina Patricia de la Madrid, pero una circunstancia similar enfrentó Elías Lozano con su suplente en la planilla municipal de Tecomán y, de alguna manera, logró ser reelecto.

De cuánto logre crecer como estructura MC en esta nueva etapa; de su capacidad de conciliar ideologías como la de sectores conservadores en la zona norte del estado, tan opuestas al pensamiento de las bases que se escindieron de Morena en la costa, como parte del movimiento encabezado por Griselda Martínez y Martha Zepeda; incluso, de su potencial para atraer a los partidarios tanto de la izquierda como de la derecha, insatisfechos con los candidatos que les impongan; de todo eso dependen las posibilidades que tiene Margarita de restarle votos a los eventuales candidatos de Morena y del PRIAN. Por todos esos factores suena casi imposible que Moreno González consiga una elección a tercios en 2027.

Por lo demás, no nos vamos a ocupar aquí de la hipotética resurrección de cuadros del oficialismo que van quedando rezagados (desde Viri Valencia a Virgilio Mendoza, pasando por Leoncio Morán) o de la probable entrada de otros actores (como Christian Torres) en la escena política, porque en la fotografía actual todavía no aparecen. Lo que alcanzaron a iluminar los fuegos artificiales en los cielos de Manzanillo y Colima, son los nombres de sus ediles.

MANZANILLO SE ILUMINA

A un relato cargado de lamentos porque las arcas del municipio están vacías, el Ayuntamiento de Manzanillo respondió con una celebración, literalmente, por todo lo alto. La explicación de esta aparente contradicción entre un gobierno que se dice pobre y una fiesta en la que se tiró la casa por la ventana, es que las bahías gemelas se iluminaron merced al gobierno estatal.

La generosidad de la Secretaría de Turismo no fue menor tampoco para el festejo por el año nuevo en Colima, aunque suponemos que en la capital fue mucho más bajo el gasto en pirotecnia.

Al ser nuestro principal destino turístico y siendo las vacaciones navideñas una de las dos temporadas altas en Manzanillo, cualquier cantidad que se erogue para fortalecer el atractivo de playa se puede justificar como una inversión.

En cambio, en Colima el recurso fiscal tuvo otra finalidad: ofrecer a la ciudadanía una nueva excusa para recuperar el espacio público invadido recurrentemente por los ‘generadores de violencia’.

En una conurbación que se ha ido acostumbrando al peligro, se agradece la apertura de espacios de convivencia con garantía de seguridad. No otro es el éxito de la terraza en Plaza San Fernando. Y, en ese sentido, habrá que ver cuánto merma la confianza en la tranquilidad de un entorno que creíamos vigilado personalmente por su propietario: plaza Sendera.

Al interior de ese inmueble, ubicado a menos de 500 metros del domicilio particular de Indira Vizcaíno, se dio el sonado doble homicidio de un empresario de espectáculos y el administrador de los festejos charro-taurinos en Villa de Álvarez. No obstante, si fuera Carlos Salazar Silva no me preocuparía mucho que baje la asistencia al mall: hemos visto cómo, para los restaurantes de Colima, el número de ejecuciones que se han dado dentro o en sus inmediaciones equivalen a las estrellas Michelin.

SE ROBARON LA LUZ

La determinación de la gente de apropiarse de los espacios públicos hace que obviemos que, en el centro histórico de Colima. suele haber cristalazos o asaltos a transeúntes. O que olvidemos que hasta hace algunos años, durante las ceremonias del Grito, el Jardín Libertad terminaba siendo el campo de batalla entre los pandilleros de la Lerdo y los del Mezcalito.

Desde que Héctor Insúa inició como alcalde los festivales en el centro de Colima, las clases medias y altas que huyeron del primer cuadro y se fueron a vivir a la zona norte se vuelcan en sus históricas calles, sin esperar que haya arcos de seguridad o baños portátiles.

La propaganda del Ayuntamiento de Colima es que la asistencia al evento fue resultado de la convocatoria de Riult. Y un ejército de comentaristas en las redes no sólo le atribuyen personalmente al alcalde el éxito del relumbrón, sino que omiten la participación de la Secretaría de Turismo en el financiamiento y la organización de la fiesta por el fin de año.

El discurso es que la gente fue al centro histórico la noche vieja para manifestar su adhesión al proyecto político de Riult, lo cual no es exacto aunque ciertamente el evento generó un reconocimiento a la capacidad de organización del equipo municipal. Este Ayuntamiento lleva en menos de tres meses media docena de festivales. No ha sido tan eficaz, empero, para tapar baches.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com